Este jueves 31 de marzo, María Eugenia Lorenzini envió una carta a la Comisión Política de Revolución Democrática para manifestar su renuncia al partido.
En la misiva, la concejala de Ñuñoa acusa ser víctima de un “linchamiento público del cual ustedes han participado activamente”, reprendiendo con ello a los militantes de RD.
La psicóloga asegura que el origen del problema se debió “a una frase equivocada mía, de tratar jocosamente de «esclava blanca» a mi asistente”, expresión que llegó vía terceros a oídos de la trabajadora.
Lorenzini sostuvo que a pesar de las disculpas, “esto se ha convertido en el SQP del momento”, para destruir “una trayectoria de más de 35 años de militancia feminista”.
“Las prácticas seguidas en mi contra por Revolución Democrática no son ni revolucionarias, ni democráticas, ni menos responden a un intento de renovar la práctica política, sino que representan lo más añejo de la antigua política […] Para su obrar se han atrevido, incluso, a usar un pseudo lenguaje feminista, para llevar a cabo una política de cancelación”, expresó la acusada de acoso laboral.
La representante del concejo municipal de Ñuñoa no realizó autocrítica alguna y prosiguió cuestionando el actuar de su partido, sosteniendo que el conglomerado se deja llevar por “la jauría de un pequeño grupo de allegados” que pidieron su destitución.
Por último, la activista por los derechos de las mujeres sentenció su discurso aseverando que “esto no se lo habrían hecho a un militante hombre, ha habido ejemplos anteriores que todos conocemos”.
https://twitter.com/KenaLorenziniL/status/1509521977450516481
¿Cuál fue el resultado del sumario?
La resolución del sumario -llevado a cabo por la Municipalidad de Ñuñoa- determinó que se “lograron acreditar situaciones constitutivas de maltrato laboral”.
Asimismo, el documento erigido por la fiscal municipal, Alison Torres, relevó que “se comprobaron indicios de que la concejala María Eugenia Lorenzini tuvo conductas dañinas respecto de otras personas, lo que da cuenta de que la denunciante no es una víctima específica de la forma de ser o actuar de la concejala, sino que ella tiene comportamientos, palabras o gestos generalizados que degradan el clima laboral”.