De acuerdo a la Asociación Americana de Psiquiatría el Trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH), se considera un trastorno neurológico del desarrollo, que se caracteriza por la dificultad en la atención, hiperactividad e impulsividad de un individuo, que afecta el desempeño o el desarrollo de este.
Si bien, en la mayoría de casos el TDAH se origina en la infancia, en algunas ocasiones no son detectados hasta la edad adulta. De acuerdo a esto, según la Organización Mundial de la Salud, al menos un 4% de la población mundial tienen este tipo de trastorno.
Ahora bien, una de las ventajas que nos dejó la pandemia, es que la mayoría de programas de estudio para diagnosticar estos trastornos, se pueden realizar en plataformas de psicología online. A través de cursos de psicología, dictados por docentes expertos en TDAH.
¿Cómo es el TDAH en adultos?
El TDAH en adultos no se desarrolla de la misma manera que en un niño, incluso algunos especialistas señalan que el trastorno en adultos pasa más desapercibido.
Si bien se originó en su niñez, el trastorno acompaña a la persona en el proceso de crecimiento y maduración, por lo que sus síntomas y comportamientos también lo hacen y se adaptan.
Diagnóstico y tratamiento
En la actualidad, se utilizan los mismos criterios de diagnóstico del TDAH en adultos que en niños, lo que puede ser complicado debido a factores como la presencia de otros trastornos y estrategias de compensación utilizadas por adultos.
Aunque todavía no se ha identificado ningún marcador clínico, neuropsicológico o biológico específico para diagnosticar TDAH, es posible mejorar la calidad de vida de los adultos afectados mediante un diagnóstico y tratamiento adecuado y efectivo.
El tratamiento en adultos puede involucrar varios componentes, como la consulta con especialistas médicos, la toma de medicamentos, la educación sobre el trastorno, la participación en grupos de apoyo y el desarrollo de habilidades conductuales.
Tratamiento farmacológico
El TDAH es un trastorno crónico que puede requerir un tratamiento farmacológico prolongado.
Aunque las anfetaminas se han utilizado durante años sin evidencia de toxicidad a largo plazo, tanto el metilfenidato como la d-anfetamina puede provocar un aumento de la frecuencia cardíaca y presión arterial, lo que requiere un cuidadoso monitoreo en pacientes adultos.
En algunos casos, puede ser necesario utilizar otras terapias para controlar los efectos secundarios y asegurar la eficacia de los estimulantes.
En conclusión, aunque algunos tratamientos han demostrado ser efectivos para disminuir los síntomas del trastorno, la mayoría de los estudios no han logrado demostrar la eficacia de un solo tratamiento para todos los pacientes con TDAH. Esto destaca la necesidad de un enfoque personalizado para el tratamiento que tome en cuenta la edad, género, historial médico y psicológico, así como los factores ambientales del paciente. Dado que el TDAH es un trastorno complejo, es importante seguir investigando para desarrollar nuevos tratamientos y mejorar la eficacia de los existentes, con el objetivo de proporcionar múltiples opciones terapéuticas que permitan mejorar la calidad de vida de las personas afectadas.