Un candidato inesperado: de la sombra a la victoria
Rodrigo Atahualpa Paz Pereira, con 58 años y origen en Santiago de Compostela, representa la tercera generación de una dinastía política en Bolivia. Hijo del expresidente Jaime Paz Zamora y nieto de Hernán Siles Zuazo, su carrera política se ha forjado en el Senado por Tarija. Tras un inicio electoral complicado, logró captar el 32% de los votos en la primera vuelta de agosto, superando las expectativas de los analistas.
Su campaña, enfocada en la recuperación económica y el consenso, atrajo a votantes diversos, desde comunidades indígenas hasta sectores de centro-derecha. “Son momentos muy difíciles, pero Bolivia tiene grandes oportunidades”, expresó Paz, quien también propuso procesar al presidente saliente, Luis Arce, por supuestos actos de corrupción.
Reacciones y el fin de una era
Jorge Quiroga reconoció su derrota, proponiendo unidad nacional. Sin embargo, Evo Morales, líder del MAS, minimizó el resultado, afirmando que ninguno de los candidatos representa al “pueblo y a los indígenas”.
Rodrigo Paz asumirá la presidencia el próximo 8 de noviembre, generando expectativas sobre su agenda de estabilización económica y reconciliación política. Los analistas destacan que su triunfo, inesperado en las encuestas, podría afectar las relaciones con países vecinos, como Chile, dado su enfoque crítico hacia la “deuda marítima” boliviana.
Acerca del PDC
El Partido Demócrata Cristiano, fundado en 1953, ha renacido bajo la figura de Paz, posicionándose como una alternativa moderada en un entorno político polarizado.
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