Enríquez-Ominami acusa a Kast de desinformar con su ajuste fiscal

6 horas hace

Marco Enríquez-Ominami (ME-O), candidato presidencial independiente, levantó una voz de alerta durante su intervención en el debate económico de la campaña electoral. En una clara crítica a su contrincante, José Antonio Kast, de la Renovación Nacional, ME-O acusó a Kast de “mentirle al país” con su plan de reducción del gasto fiscal que mediante una recorte de 6 mil millones de dólares pretende ajustar el equilibrio de las cuentas públicas.

Un ajustado discurso popular

Conforme el candidato independiente abordó sus puntos, se advirtió un tono de preocupación que resonó entre sus seguidores y el electorado en general. “Lo que me pasa en este concurso de promesas en el que estamos es que ninguna de las candidaturas tiene presupuestadas sus propuestas, que la gente lo sepa”, enfatizó ME-O, instando a la transparencia.

Acusaciones directas hacia Kast

Insistió en que las afirmaciones de Kast sobre reducir el gasto público no se sostienen bajo un escrutinio serio: “Usted lo que hace es mentirle un poco al país, porque le quiero explicar algo: por cada punto de crecimiento recauda 0.2. Esto no financia nada de lo que propone en materia de seguridad. Después nos dice que simplemente va a descontar 6 mil millones de dólares”. La contundencia de sus acusaciones quedó clara cuando afirmó que, de implementarse la propuesta de Kast, “tendría que echar a 500 mil funcionarios públicos”, un impacto que, según su opinión, afectaría enormemente a sectores críticos como la educación y la salud pública.

Además de mencionar el impacto potencial sobre profesores y trabajadores de centros de salud, ME-O hizo un llamado a “hablar con verdad”, proponiendo una reforma tributaria que se alinee con el crecimiento económico a largo plazo, aunque advirtió que “a corto plazo no será bueno”. Esta declaración resuena con aquellos que consideran que el camino hacia una economía más robusta puede involucrar sacrificios momentáneos.

Kast defiende su visión

A pesar de las críticas, José Antonio Kast no se amedrentó y defendió su propuesta ante las acusaciones de ME-O. Cuando se le preguntó si su plan implicaría recortes en beneficios sociales, como la gratuidad universitaria, Kast fue categórico al declarar que “nosotros no vamos a cortar ningún beneficio social que hoy día exista.” Aclaró que los 3 mil millones de dólares de ajuste estatal no afectarían a las esferas sociales, sino que se originarían de otros recortes legislativos, un punto que necesita más transparencia y desglose para calar en el electorado.

Implicaciones económicas

Estas posiciones contrapuestas reflejan un tema recurrente en la política chilena. La adecuación del gasto público ha sido un asunto debidamente debatido, especialmente tras los estragos ocasionados por la pandemia y la crisis social de 2019. Una región marcada por desigualdades severas, Chile enfrenta un dilema entre la necesidad de ajustar sus finanzas y la urgencia de mantener apoyos sociales fundamentales para la población más vulnerable.

Expertos en economía política coinciden en que la naturaleza de las propuestas de ajuste debe ir acompañada por análisis minuciosos y respuestas claras. El economista Pablo Ruiz señala que “la propuesta de Kast podría tener un carácter muy disruptivo, y es fundamental que los ciudadanos comprendan las implicaciones. La falta de detalle en su plan genera incertidumbre, un enemigo no deseado en tiempos de crisis económica”.

Análisis político

La contienda se desarrolla en un contexto donde las promesas electorales pueden ser decisivas para captar la atención del electorado. El intercambio de acusaciones entre ME-O y Kast plantea preguntas sobre la responsabilidad política y la transparencia que deberían regir la clase dirigente chilena. A medida que las elecciones se acercan, las posturas se vuelven más polarizadas.

El desafío que enfrenta Kast es enorme: convencer a un electorado cansado de promesas vacías bajo el pretexto de un ajuste fiscal que, en su retórica, no debería afectar la estructura básica del bienestar social chileno. Sin embargo, la confianza en ello depende de una comunicación clara y un compromiso genuino a actuar en interés del país. Por otro lado, la defensa de ME-O sobre una reforma tributaria que beneficie a los más desfavorecidos presenta una alternativa que, aunque puede parecer menos atractiva a corto plazo, tiene el potencial de establecer bases más firmes para un crecimiento sustentable.

Con el clima político en ebullición y la perspectiva de un futuro incierto, la población chilena sigue esperando respuestas. ¿Se darán las aclaraciones necesarias? ¿El electorado priorizará la búsqueda de la verdad o se dejará llevar por discursos populistas? Solo el tiempo lo dirá.

Jara minimiza el papel del PC en su gobierno:

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