El trasfondo de la violencia estudiantil
La discusión sobre la violencia escolar no es nueva, pero ha tomado un giro crítico en las últimas semanas, especialmente tras la detención reciente de 15 alumnos del INBA. Al ser consultado sobre estos sucesos, Artés argumentó que la rabia que expresan los jóvenes es un indicador de un problema más grande: una sociedad que maltrata a los estudiantes y un sistema educativo percibido como injusto. “La rabia se expresa a través de los alumnos”, comentó, enfatizando que este es un fenómeno de fondo que debe ser abordado.
Humanizando a los estudiantes
Artés se posiciona firmemente en contra de la criminalización de la juventud. En su discurso, expresó: “Estaré incluso con aquellos que tiran la bomba molotov. Estaré con ellos porque son personas, son alumnos, no son delincuentes”. Esta declaración resalta su enfoque empático, sugiriendo que detrás de cada acto de vandalismo hay una historia personal que debe ser entendida, no condenada.
El candidato dejó claro que su papel como docente no se interrumpe ante la violencia. “Jamás dejaré de estar con los alumnos. El día que yo trate a un alumno como un delincuente, dejo de ser profesor”, reiteró, dejando en claro que en su opinión, el diálogo y la comprensión son claves para abordar estos conflictos.
La figura del profesor en tiempos de crisis
Durante su intervención, Artés también hizo notar que el rol del profesor es fundamental en la mediación de conflictos. En su conversación con la periodista Soledad Onetto, describió cómo un enfoque punitivo no solo es contraproducente, sino que lleva a un círculo vicioso de violencia y desmotivación: “Cuando un alumno rompe un vidrio en la sala y lo echas, va a haber otro que va a romper el vidrio y así te vas a quedar con la sala vacía”, subrayó.
Escuchando el descontento juvenil
Según Artés, es crítico ver y entender la rabia de los estudiantes. “Cuando uno hace algo, hay otros que también lo van a hacer”, explicó, resaltando que los educadores deben estar abiertos a entender las razones detrás del comportamiento destructivo de los jóvenes. Esta perspectiva implica no solo un cambio de mentalidad en el ámbito escolar, sino también un cuestionamiento del modelo educativo general que tiende a penalizar en vez de tratar.
El ciclo de la violencia y la educación
La mediación efectiva, según Artés, debe incluir el discurso fraternal y la empatía. “Discutiré con ellos, fraternalmente con ellos. Veré su rabia y qué pasa con el resto de los estudiantes”, indicó, sugiriendo que la violencia escolar no es un fenómeno aislado, sino parte de un contexto más amplio del descontento social.
Contexto actual de la educación en Chile
El debate sobre la violencia en los liceos emblemáticos llega en un momento clave para la política chilena, donde las tensiones en el sistema educativo y la desigualdad social están al centro de la agenda. Con un creciente descontento estudiantil y demandas por cambios estructurales, la postura de Artés representa la frustración de muchos jóvenes que sienten que sus voces no están siendo escuchadas.
Un dilema para el sistema educativo
Las palabras de Artés resuenan como un llamado a la reflexión en torno a cómo el sistema educativo se enfrenta a la desobediencia y la violencia. ¿Deberían los educadores ser parte de la solución en lugar de convertirse en figuras de autoridad punitiva? Esta interrogante plantea una nueva visión sobre la educación, en la que se prioriza el entendimiento y la reconstrucción de relaciones humanas fundamentadas en el respeto mutuo.
Análisis Político por The Times en español
La postura adoptada por Eduardo Artés puede interpretarse como un reflejo de una nueva corriente dentro del ámbito político chileno, especialmente en lo que respecta a la educación y a la juventud. Su énfasis en el respeto y la empatía puede parecer radical, pero en el contexto actual, donde muchos jóvenes se sienten marginados, podría ser una aproximación necesaria para desescalar la tensión en las aulas. Sin embargo, este enfoque también puede ser visto como una forma de evasión ante problemas más estructurales que requieren actuaciones más concretas.
Si bien la empatía y el diálogo son esenciales, el sistema educativo enfrenta desafíos profundos que no pueden ser abordados únicamente desde una perspectiva emocional. Reconocer la violencia como un síntoma de un sistema que no funciona es un primer paso, pero es la implementación de reformas efectivas la que marcará la diferencia en el futuro de la educación chilena. De este modo, la apuesta de Artés por la cercanía y la comprensión debe ir acompañada de un compromiso firme con las reformas necesarias en el sistema educativo, la equidad y la justicia social.
Preguntas Frecuentes (FAQ)
1. ¿Por qué es importante abordar la violencia en los liceos?
La violencia en los liceos afecta la calidad de la educación y la seguridad de los estudiantes, además de ser un síntoma de problemas sociales más amplios.
2. ¿Cuál es el papel del profesor en la mediación de conflictos?
Los profesores deben actuar como mediadores y guías, entendiendo las razones detrás del comportamiento de los estudiantes en lugar de penalizarlos.
3. ¿Qué reformas se necesitan en el sistema educativo chileno?
Es necesario implementar políticas que aseguren un entorno escolar más inclusivo y equitativo, que respete y valore las voces de los estudiantes.
4. ¿Cómo afecta el contexto social a la conducta estudiantil?
El contexto social influye en la rabia y frustración de los estudiantes, lo que puede llevar a comportamientos violentos si no son abordados adecuadamente.
5. ¿La empatía puede resolver la violencia en las aulas?
La empatía es un primer paso, pero debe ser acompañada de reformas estructurales para lograr un cambio real y duradero.
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