Vallejo afirmó que “la seguridad de las personas” no puede estar sujeta a ambigüedades, y exhortó a Kast a ser contundente: “Se está de acuerdo o no se está de acuerdo con liberar de las cárceles a delincuentes tan peligrosos como torturadores o violadores de menores”. Este llamado a la claridad busca evitar cualquier señal de laxitud hacia los delitos más atroces, enfatizando que “no hay espacio para medias tintas en la política de seguridad”.
El debate sobre la conmutación de penas ha generado múltiples reacciones en el ámbito político. Vallejo advirtió que “hay que evitar la revictimización”, reflejando una preocupación generalizada en la sociedad sobre la posibilidad de que los crímenes graves sean tratados con indulgencia. Su intervención resuena ante el reciente apoyo del diputado republicano José Carlos Meza a la idea de conmutar penas, lo que puso en el centro de la controversia a Kast.
En respuesta, Kast aseguró que se trata de una “manipulación política” y que los verdaderos responsables son quienes actualmente están en el Gobierno, sugiriendo que figuras como la ministra Jeannette Jara han permitido que se protejan a los abusadores. Sin embargo, su posición ha sido criticada por ser ambigua y el ministro del Interior, Álvaro Elizalde, afirmó que Kast “está esquivando una respuesta más explícita”.
Este intercambio refleja las tensiones actuales en la política chilena, donde la seguridad ciudadana y la protección de los derechos de las víctimas se enfrentan a un debate sobre resocialización y tratamiento de delincuentes. Ambas posturas definirán no solo la contienda electoral actual, sino también el rumbo de las políticas criminales en el país. Con la mirada puesta en el futuro, la claridad en la toma de decisiones se vuelve fundamental en un contexto donde la preocupación por la impunidad y la revictimización son prioritarias.
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